jueves, 26 de febrero de 2009

AHORA SI QUE LA HAS...

¿Dónde me había quedado? ¡Ah, si! En la coña de los perdigones. Bueno, entonces nos encontramos ya a finales del verano de los 14 tacos, es decir... Y llego la edad del pavo... bueno, la mía no fue del pavo, la mía hacia un tufo a pularda que te evacuas (¡vale! ¡Cagas!) por la pata abajo, pero así como alguno de mis amigos “de muchos posibles”, tenían la edad del “faisán dorado” y no de un vulgar “pavo”, porque sus madres ( muy fisnas todas ellas), no podían consentir que sus retoños pasaran por una edad reservada al populacho, la mía, en contraposición, era de pularda, o sea, gallina, pero con la moral mas distraída de lo habitual, en definitiva, una gallina de las que se fueron a Jericó a aprender a nadar pa follar con los patos.

¿Y por que? Pues porque el esfuerzo para pensar con el cacharrito surtió efecto y solo pensaba en tetas y culos, y claro, a fuerza de batir todos los records (si, si que lo batí, nadie a conseguido dejarse el churrito en un estado tan deplorable en la historia de la autocomplacencia, ¿que cual fue ese record? ¡Jolin! ¡15!, ¡Quince, si!). Cuando acabe ese día, lo que tenía no era mi pinglanillo, ¡era un híbrido de guindilla y pasa!

Con tamaña efervescencia de hormonas y por supuesto, vicio, y el rabanito pletórico de neuronas recién recolocadas, pues como que no estaba por la labor y ¡claro! el curso no acabo de la manera acostumbrada y a los encargados de desasnarme solo se les ocurre suspenderme 3, ¡Joder con el pifostio que se montó!



Mi regreso a la madriguera fue lo más parecido a la captura de un subversivo chileno por parte de los pinocheteros. La entrega de las temidas notas no dejaba cabo suelto alguno e intentar ocultarlas y/o modificarlas, “Misión Imposible 3: La gran cagada”. Me hubiera gustado ver como se las apañaba el guaperas del Cruise pa meterle un gol al Juez de vigilancia penitenciaria Akisako. La cuestión es que, en las mismas, (estamos en 8º de EGB) lucían, esplendorosos ellos, relucientes y en un rojo fosforescente (creo que ese color lo inventaron esa semana, justo pa joderme a mi el veranito) 3 roscos como tres soles.

El modo de entrega era muy notarial, como eso tan vistoso que se ponen en los contratos, “fehaciente”, es decir, de mano del Alcaide a mano del Juez y ¡claro!, la ostia que te metían tras la entrega de credenciales era un ostia “Higth Fidelity” u sea se, “ en estereo”. ¡Ahora que recuerdo! Lo único que yo conocía “en estereo” era las ostias a 4 manos, eso si, admirablemente acompasadas y rítmicas y ejecutadas con una maestría digna de llamarse “sinfonía de guantazos”, ¡Ni Mayu-maná, hostiarían con tanta gracia y donosura!

Tras asumir la fase “timbal”, venia la fase silenciosa, esa que transcurría desde la salida del recinto penitenciario hasta la llegada a lo que se suponía era mi morada o hábitat natural, donde, uno, confiado en que ya no le quedaba costilla alguna sin el preceptivo repaso, y tras dejar la maleta, la bolsa o lo que quedaban de ellas en el suelo, notabas un cruce de miradas y acto seguido, un tropezón fortuito de anillo del juez contra el centro de tu occipital que te dejaba en estado aletargado durante los siguientes 10 minutos.

A partir de ahí, primero, sentóme en el sofá de la salita, rascándome la perola como si me hubiese picao un mosquito vigorexico, segundo, quedome solo con cierre de puerta, tercero oigome ruidos varios, traslados de muebles, puertas y armarios que se abren y cierran, cuarto ....acojóneme, porque los ruidos partían de lo que había sido mi cubil.


En eso, entró él, después ella, después nada, después nadie, (eso también me lo copió un antecesor de la Ana Rosa Quintana para un poema gracioso), yo callao, cagao, acojonao y todo lo que se os ocurra acabado en “ao” y esta vez, sin juicio sumarísimo, sin diligencias previas, sin habeas corpus y sin recurso de amparo alguno, una miradita y un lacónico, ¡Akimeto! ¡Al comedor de dentro! Me levanto del sofá, y yo que soy un tío con mucha “educancia”, hago ademán de cederles el paso pero cortésmente, declinan pasar delante de mí, es mas, abren un pasillo y con una compenetración elogiable, sus manos tropiezan casualmente con mis orejas, dejando un pitidito la mar de afinao en mi desocupada cavidad craneal. Ahora entiendo que fue un gesto de ayuda para que el recorrido hasta el comedor fuese más llevadero y entretenido.

Y que es lo que creéis que hallé, ¿la cena?, ¡pues ni de coña!, la mesa estaba contra la pared, un camastro ocupaba el rincón, y una palangana y un orinal decoraban lo que antaño era un comedor de los de “Cuéntame como paso”, el aparador tenía, en perfecto orden, todos los libros, cuadernos, libretas, folios, bolígrafos y adminículos varios, para pasar un veranito estupendisimo de la muerte.

Solo os diré, que desde el 26 de junio al 19 de septiembre, únicamente abandone aquel comedor, en septiembre, tres días, y el tiempo suficiente para demostrar mi sapiencia y mi proverbial intelecto en los exámenes al efecto.


¿Que si aprobé? ¡Amos, no me jodas!, ¿que hubieses hecho tu? La amenaza de aplicar el Código de justicia Militar de los Abencerrajes, no era en broma y el castigo consistía en cercenar el instrumento por “do mas pecado había”, en Román Paladino, cortarme los huevos y el adlátere. ¡Ostias! ¡3 sobresalientes 3 de la afamada ganadería! “Si no apruebas te los corto”.



A partir de ahí...para la próxima entrega.


Sayonara soshite arigatou,
(Gracias y adios.)

viernes, 20 de febrero de 2009

AUN NO LO SE, PERO LO SABRE

Bueno, aquí estoy de nuevo, dispuesto a castigar vuestra paciencia con mis gilipolleces, porque vamos, por lo que he compartido con uztede-vozotro sobre mi vida, estaréis conmigo que el caldo de cultivo solo podía conducir a lo que mas tarde se ha confirmado en todos sus extremos.

Fue más o menos por esa época, usease, entre los 9 y los 14 cuando empezaron los primeros conatos de desplazamiento neuronal. Recuerdo que por aquel entonces, resultaba dolorosa la reubicación de neuronas pero mucho menos que ahora,¡Vamos, ni punto de comparación! Entonces la distancia entre el origen y el destino era muchísimo mas corta y no es que haya crecido mucho. Hoy felizmente concluida la traslación y habiendo eliminado el excedente de sinapsis superflua, puedo gritar con orgullo que, ahora, las escasisisimas mujeres que he tenido el placer de conocer bíblicamente, encuentran mi patética valía amatoria muy interesante, vamos que lo mío son gatillazos inteligentes, profundos...con fundamento.

En fin, a donde íbamos... que entre álgia testicular y dolor de huevos fueron pasando los años, y un día, en verano, al anochecer, en fiestas, y con el comediscos rayando todo lo que se le metía (entonces el único que metía algo era el encargado de la música y las rayas no tenían nada que ver con las pituitarias)....lo conseguí, di mi primer beso con lengua, ¡Joder con las arcadas que me dieron! La mala fortuna quiso que en un estertor, se me fuera la mano ¿y donde se me va la mano? Exacto, a la teta la Trini, - si, se llamaba así, ¿Qué pasa? No, si ahora resultara que todas vuestra novias se llamaban Debhora, Vanesa o Alexia ¡No te jode!, en fin que la niña que lo nota, se alinea con el sector duro (¿Recordáis? Alcaide, Mandos, Juez de vigilancia penitenciaria...etc) y…También se cabrea y ¿que hace la causante? Meterme una ostia, de las que te hacen palmas las orejas, que hace que se me pasen las arcadas, me ponga firmes (reflejo condicionado de mis años de internamiento, como los perros de Pavlov) y me ponga mas colorao que el clítoris de la Susana Estrada al comprobar, para mi vergüenza y escarnio, que mi pantalón era el ejemplo perfecto de una tienda de campaña.

Os podéis imaginar, ellos descojonaos, ellas sonriéndose como hienas y yo tratando de ocultar mis miserias diciendo que era el móvil, pero claro, había un problema, en aquella época (trigésimo sexto año de la era triunfal) el único móvil que se había inventao era....el móvil del crimen, por lo que no coló, ¡vamos eso creo yo! ¡y menos de ese tamaño!
Vamos, que pa que colara, tenia que ser un móvil de última generación sin cámara, sin gprs, sin gsm sin antena y sin....móvil.

Porque uno, que es muy pero que muy sincero, tiene que reconocer que el pinglanillo que luce, no luce, desluce, eso si, tiene la ventaja de que dada su escasa entidad no tiene uno problemas con el sastre y todos los pantalones le sientan bien de tiro.

Evidentemente, la respuesta a vuestra pregunta es NO, la Trini se quedo en un intento, que acabo, justo antes de empezar. Eso si, también sirvió para que ninguna de las individuas que se hacían llamar amigas mías se acercara lo suficiente para sucumbir en mis emboscados encantos.

La cuestión es que tras aquel infructuoso intento de intercambio salivar, ( ¡un fluido es un fluido, hombre ya!), el resto del verano paso, moliéndonos a perdigonadas las piernas, los brazos y en algunos casos incluso nos sacaron algún perdigón incrustado en las moflas de la cara porque los de la pandilla, incluso lo que eran ejemplo de virtudes, amantísimos hijos, estudiantes ejemplares y devotos cristianos de misa de 12, jugábamos a vaqueros, y claro, habiéndonos criado cerriles, rurales, bucólicos y pastoriles, no podíamos jugar como el resto de nuestros congeneres, no, nosotros jugábamos a vaqueros con los rifles de aire comprimido, que nuestros papas, por aquello de que debíamos ser mitad monjes mitad soldados, (falangistas en el discurso de la época) habían tenido bien encargar a los Reyes Magos.

Por lo que a mi respecta, a mis 11 añitos llevaba algo así como 106 puntos de sutura en la cabeza, un clavo en el dedo pulgar, ambos dos fruto de mi intento por conseguir apearme del patriótico vehículo familiar en plena carretera, comarcal, pero muy digna ella, y de la que conseguí limpiar de gravilla con mi, por entonces, carita de pan follao, (debo decir que el Ministerio encargado de dichas vías, no mandó ni siquiera un “Saluda” de agradecimiento). Al Juez Tutelar de Menores (mi ascendiente) le hicieron test psicológicos por si me había largao él, el medico del hospital se llevo los restos de asfalto para hacerse un caminito pa la barbacoa del chalet y mi letrada de la defensa (la mami), en su línea, se me desmaya cuando me llevan a casa, me ve y lo primero que oye es Sic. “Mam-ma, no m´ baz a pegad, veddad” ´ (poner voz de haberse bebido hasta el agua los floreros). Ahora, desde la distancia, entiendo que a la pobre señora le impactara que se llevasen a su insurrecto pero, al fin y al cabo, hijo y le devolviesen a la versión infantil de Boris Karloff en “la Momia”. Bueno, a lo que iba, además, un machetazo en el tobillo izquierdo, cortesía de mi consanguíneo en 2º grado y una herida inciso-contusa (bueno, contusa no era, pero inciso, si) también cortesía del mismo individuo en un duelo con florete toledano (se había estrenao “el zorro y su puta madre”), regalo de nuestros comunes progenitores y que tenia un defecto de fabricación pues la punta acababa roma. Desfacer tamaño entuerto, dos pesetillas de la época al afilador del pito que subía en bicicleta todos los miércoles. Unos perdigones en la carita pues como que tampoco quedaban feos...

Ale, ya me he cansado, mañana mas.






Sayonara soshite arigatou,
(Gracias y adios.)

Akimeto Akisaco

martes, 17 de febrero de 2009

(2ª PARTE) CUESTION DE HUEVOS

Heme aquí de nuevo, dispuesto a desnudar mi alma, (para desnudar el cuerpo no necesito ni que me lo insinúen), recapitulemos...

a) Tengo 8 añitos, inocente, pero con un antebrazo especialmente desarrollado debido a ciertos picores e inflamaciones de etiología diversa.

b) Ya me había fumao hasta la espada del tipejo del envoltorio de paquete de “celtas cortos”.

c) Me habían ostiao por doquier, incluyendo la “first Comunión”. ( No cuenta como ostia pero si como hostia)

d) Se habían iniciado diligencias para el juicio sumarísimo por fumeteo.

Pues bueno, tras las diligencias oportunas y asignada la sala de lo penal única, (salón de mi casa, en el centro de mi pueblo) ¿Que pasa?... vivía en el centro ¡Como buen pijo rural!, fui condenado a fumarme un Montecristo Clase A, beberme una copa de Cardenal Mendoza, y a leer el periódico, (eso después de aplicar la eximente incompleta de minoría de edad, diurnidad, falta de premeditación). Obviamente, se aplico la sentencia en el acto y el pedo que pille fue de tan gran calibre que según me contaron unos años después, se sucedieron las carreras, se llamo al medico, que no era de urgencias, porque era el único que había para toda la comarca, que intento por todos los medios reducir las convulsiones, y en vista de lo infructuoso de sus intentos, se llamo al cura. Aun no se si era para que en la esquela pusiera eso tan bonito de “habiendo recibido los sacramentos” o como actor secundario, por aquello que los saltos que daba en la cama eran dignos de la niña del exorcista.

Y que, ¿dejo el chiquillo de fumar? Pues va a ser que no, que el chiquillo sigue jodiendo el pulmón con saña y cuando le preguntaron si había aprendido la lección su contestación fue, “a mi lo que me ha sentao mal, es lo de leer el periódico” (joder, si es que entonces, lo del contubernio judeo - masónico tenia la culpa de todo)

Por culpa de aquel hecho de infausta memoria, los acontecimientos se sucedieron sin solución de continuidad, el chiquillo que se entera de quien había sido la tipeja de marras, la otea en el horizonte, cuando subía del mercado de los miércoles y ¿qué se le ocurre al angelito? Pues coger todos los huevos depositados en la nevera de su casa, salir con ellos y perseguir a la caritativa alma que tanto y tan bien había velado por la salud de sus alveolos pulmonares y dejarla hecha un croqueta, lista para la fritanga.

Lo de después, es imaginable, nuevo juicio sumarísimo, esta vez con antecedentes penales y nueva condena, reclusión mayor en un colegio del “frente de juventudes”, orden de confinamiento total, incomunicado durante 6 meses y sin posibilidad de permiso carcelario hasta transcurrido el periodo preventivo. Allí se sucedieron, siguiendo los usos y costumbre de la época, (hoy debo agradecer la perdida de tradiciones seculares, como la estrapada, el potro y las prensas de pulgares), los repasos discrecionales de costillas, carreras nocturnas invernales amenizadas por chorro de manguera y saludables veladas en posición de firmes durante un par de horitas, cortesía de lo que después llamaron “educadores”, entonces mas conocidos por “Mandos”. Como apunte diré que los “castigos corporales” se llamaban “correctivos”.

En tan grata compañía, se creaban vínculos indelebles entre los Mandos y los mandados. Este curioso fenómeno se conoce ahora por el “síndrome de Estocolmo” y era uno de los métodos de socialización más efectivos conocidos. Desgraciadamente ha caído en desuso como muchas de nuestras arraigadas tradiciones.


Pero como todo llega a su fin, el temido día del fin de la incomunicación, y fuera del horario de visita, mis progenitores, bajaron a comprobar los progresos de su cría. Aún me parece oír la voz por megafonía “¡atención, atención! ¡Interno Akimeto! Preséntese inmediatamente en la sala de guiones, ¡tiene visita!


A ver, explicotéome, lo de la sala de guiones, era una salita, llena de banderitas, esas banderitas, en el discurso de la época se llamaban guiones porque entonces éramos ordenados, y formábamos en escuadras, estas a su vez en centurias y frente a cada escuadra y cada centuria, se ponía un gacho, con bigote, medio calvo y con cara de sargento Arensibia pero con pantaloncito corto y con la bandera de marras que era la “guía”. Esta tenia nombre de los más curioso, Lepanto, Don Pelayo, Plus Ultra, aseitera, aseitera, aseitera. (Es decir etc, etc, etc)

Pues bueno,...el reo (o sea yo) que se huele que la visita es de el juez de vigilancia penitenciaria (mi padre) y la sufrida letrada de la defensa (mi madre), pues debo recordar que eso de las garantías constitucionales del acusado son preconstitucionales, y siempre había asistencia letrada al detenido, aunque solo fuese de oyente, me digo a mi mismo, me voy a meter un arresto preventivo de 3 meses mas, pa joder. Así que dicho y hecho, el tete que no aparece, y remite al compañero de celda misiva con estas palabras “Ahora, el que no quiere veros soy yo. Firmado: Un accidente conyugal” (vale, la firma no era esa, pero de vez en cuando me puedo permitir alguna licencia ¿no?). El Alcaide (el director) se cabrea, los funcionarios de prisiones (mandos) se cabrean, el juez de vigilancia penitenciaria...se cabrea, el personal de limpieza de celdas, se cabrea, el capellán castrense, se cabrea, y para finalizar, la letrada defensora, tiene que dar la nota y ponerse a llorar, El Alcaide sentencia, váyanse, no se preocupen que ya nos encargaremos nosotros de devolverlo manso y dócil cual corderito.

Joder la de ostias, que me dieron, eso si, reconocieron mi espíritu de sacrificio por la enorme dignidad con la que recibía la ensalada de leches.

Y pasaron los 9 meses de prisión incomunicada, me concedieron la provisional por cierre estival del recinto penitenciario, y volví a respirar la añorada e insana atmósfera de mi terruño.

Los siguientes años transcurrieron con más pena que gloria, hasta que llegue a 8º de básica. (Joder eso era como se llamaba antes de la LOE, la LOGSE y la leches estas que se han inventado los arencibias, aquellos reconvertidos a demócratas de toda la vida) Pero esa,... esa es ya otra historia
(Continuará…)

Sayonara soshite arigatou,
(Gracias y adios.)

Akimeto Akisaco

martes, 10 de febrero de 2009

Y EL OSCURO SAMURAI… NACIO (1ª PARTE)

Como esto es para la presentación de mi blog, pues he pensado (¿ya empezamos?, si también lo hago alguna vez) que cualquier principio debe iniciarse por el principio, y como aquello de…

“Mi infancia son recuerdos de un patio de...”

Ya lo plagió un tío sesenta y tantos años antes de que yo naciera y que, gracias mi talento nasciturus, se convirtió en el poeta por excelencia, empezaré por donde se suelen empezar las cosas,... por el final. ¡La frase no dice nada, pero rellena que no veas!, ¡joer, si es que tenia que haber sido político o analista financiero, que para el caso es lo mismo!


Nací en un pueblo feo de cojones, pero era el mío, porque mira que era feo, pero feo, feo, feo. Eso si, gracias a la polución y a la ingente cantidad de mierda que expulsaban las fabricas, tenias la ventaja de que tampoco veías mas allá de dos o tres metros de pueblo, y era una ventaja, porque podías escaquearte cuando te llamaba para la cena y decir que estabas ahí al lado, no funcionaba, desde luego, porque la ensalada de ostias te la llevabas igual, pero en versión… “que injusta he sido con el niño” y consiguiente remordimiento, que a ti, no te quitaba el recalentón nalgar pero ¡joder!, algo es algo.

¿Y cuando nací? Pues un día de un año cualquiera, pero que, “por casualidad” (¡Joder mama! ¡Que poco tacto!) Era el día de los animales, cuando por debajo de mi casa (–Si ¡gilipollas!, ¡entonces nacíamos en casa, y no en un hospital lleno de aparatos sin garantías ante cualquier riesgo eventual! ¡Nuestras progenitoras no se la jugaban como ahora!), pues... ¿que estaba diciendo? ¡Ah, si! Cuando por debajo de mi casa pasaban los burros, mulas, caballos y resto de ganado semoviente. ¡Que ¿que es eso?! Joder, así es como llamaban, las fuerzas vivas del pueblo, es decir el cura, el alcalde, y el director del banco, usease, la autoridad espiritual, la autoridad civil y la autoridad económica, a los pobladores del terruño. ¡Ale listo! ¡A ver si adivinas quien de los tres era mi padre! (una pista, el alcalde era alcalde por los huevos que lucia la señora alcaldesa y a los curas entonces no se les permitía liberar endorfinas por el método ogino-knaus y algunos, hasta eran célibes de verdad)

Pues eso, que nace el que suscribe, y lo primero que oye es... ¡Mire señora, la comadrona y yo hemos hecho lo que hemos podido, pero ha nacido vivo!, ¡resignación! Y yo, sintiéndome vejado, di mis primeros rebuznos, acompasados de cuantas funciones escatológicas se me ocurrieron para poner a la comadrona perdida y jurando en arameo.
Y es que lo que había salido a este valle de lágrimas, era lo menos parecido a un cachorro de la especie homo sapiens, era, como se pudo demostrar con los años, el ultimo vestigio del Homo Erectus, ¡joder pues que le voy a hacer si nací empalmao!


En mi pueblo, como ya os he dicho, el que mas mandaba era el cura, vestido con su inmensa bragueta que le iba de los pinreles a la peineta, y que yo pensaba para mis adentros, que era una imposición de la Santa Sede para evitar subidones concupiscentes, porque en caso de recalentón, el tiempo empleado en desabrochar aquella bragueta inmensa y el dolor causado por la acumulación sanguínea era tal que, siguiendo las costumbre de la época, de no alargar el pecado contra el sexto mas de lo estrictamente necesario, descartaba muchísimos intentos de refocile y libidinosidad.


Para el que no vivió aquellos esplendorosos años, les informare, que fue en aquella época cuando se invento la otrora bendita y ahora injustamente denostada "eyaculación precoz" y el motivo de aquello era incuestionable, salvaguardar el alma de su definitiva condenación al evitar un disfrute insano, alarmante y dilatado (¡en el tiempo, animal!, ¡no hablaba de esa dilatación!). Estaréis conmigo que, el pecado, si breve, menos pecado.
Así pues, ahora sabéis porque mucha gente señalada con el dedo acusador en muchos casos de divorcio, son injustamente tratados, cuando su única intención era cumplir de soslayo, con esa ardua tarea de iniciar el engendramiento al mas puro estilo monacal, procurando no caer en el vicio de la lujuria y el desenfreno.

En fin, que con semejantes antecedentes, no es de extrañar que la mayoría de lo de mi pueblo, usease, los descendientes varones de aquel entrañable y pío “ganado semoviente” hayan acabado pagando pensiones como descosidos, hipotecados hasta las orejas, sin que el manto vaticano haya hecho la menor intención de acogerlos en su seno redentor.

Bueno, eso era una apostilla, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Continuemos.

La cuestión es que en aquella tesitura mi evolución infantil no fuera un dechado de virtudes, entregado al onanismo y al tabaco, inicie con vehemencia mis variopintos problemas oculares y mi sempiterna tos y en un día aciago... ¡me pillaron! ......fumando. ¡Será jodida la tía!, es que fue una alma caritativa de condición femenina la que me pillo, (lo de “condición” es por no decir “sexo” en horario infantil).

Sobre este tema he de apostillar algo que quizás alguno recordéis, y era en el momento de “la Confesión”, recuerdo que existía una manía persecutoria y un interés especial por parte del clero en un determinado mandamiento, la pregunta decía mas o menos así Sic. “¿Has pecado contra el sexto? ¿Cuántas veces? ¿Solo o acompañado?” ¡Vamos! ¡De que va este tío! ¡Pues no me pregunta que si solo o acompañado!, lo del numero...pase, pero lo otro... ¡Joder, entonces yo estaba convencido que la única manera de pecar contra el Sexto era hacer oposiciones para quedarse ciego y no se me ocurría vender entradas pa que vieran como me hacia unas pajas!

Mas tarde descubrí, que el Sexto incluye el intentar rellenar con el pinglanillo cualquier agujero aprovechable de cualquier ser, vivo o muerto, lo de muerto es en homenaje a todos los hombre y mujeres, compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas que dedican el sábado a echar un polvete de oficio (Como todo lo de oficio, mediocre por naturaleza).
¡Que! ¿Esperando que cuente como perdí mi proverbial honra y castidad? Pues eso tendréis que esperar al próximo capitulo, porque solo he llegado hasta mis 8 añitos de tierna infancia. También incluiré referencias al juicio sumarísimo por el delito del fumeteo.


Toriaezu hoka niwa nani mo arimasen.
(Que quiere decir “Por ahora, eso es todo.”)

Sayonara

Akimeto Akisaco.

miércoles, 4 de febrero de 2009

CONTINUANDO...

Hace ya algún tiempo, antes de que las bitácoras entraran en el tenebroso mundo del “mercado masivo” y las hordas se subieran al carro e inundaran de estupidez las conexiones ADSL, cuando era un pequeño grupo de oligofrénicos quienes andábamos en estas zarandajas, publicaba un blog de cierto éxito entre mis conocidos o desconocidos compañeros internautas en donde, a modo de biografía freake, narraba unas veces con mejor fortuna que otras, episodios básicamente reales mezclados con otros oníricos. La distinción entre unos y otros la dejo en manos del que tenga interés en tal distinción ya que, en mi experiencia con la especie humana, he llegado a la conclusión de que las probabilidades de que “algo” sea cierto aumentan exponencialmente cuanto mas procaz, chabacano y retorcido sea el episodio.

La cuestión es que tanto mientras lo publicaba como después de dejar de hacerlo, mucha gente (incluso amigos, transmutados en enemigos y viceversa) me requerían a que recogiera todo aquello en un libro. Siempre había preferido pensar que, o bien eran accionistas de alguna industria papelera y necesitan eliminar stock de papel, o su espíritu critico en cuanto a calidad literaria pugnaba con la preclara sabiduría de la Bermúdez, pero no, la verdadera y única razón es que la peña lo que necesitan es reírse, da lo mismo si es con uno o de uno, pero necesita la risa, a falta de algo mas contundente e ilegal, para sobrellevar todo esta singladura por los mares de mierda que llamamos vida.

Aunque todo el mundo se empeñe en demostrar o hacer notar a los demás que gozan de un adecuado nivel de felicidad, lo cierto es que no lo son, no lo parecen y, lamentablemente, nunca lo serán, así que la ironía, el esbozo de una sonrisa y la carcajada se convierten en los tres niveles de tratamiento clínico con apariencia de legalidad. Y digo lo de la apariencia de legalidad porque reírse aun no esta perseguido por manadas de pitufos, maderos y verdes cachorros del infumable Pere Navarro. Si hombre, el tipo ese calvo que te quita los puntos sin ser ATS y que nos ha convertido a todos en hermanos, erigiéndose en nuestro papá común. Es…como el nuevo Jesucristo, pero sin carpintería y sin mama virgen y con salvoconducto anticrucifixión. Todo eso, a falta de una maruja pedorra travestida en Ministra con capacidad de prohibir lo poco que queda por prohibir, a golpe de talonario legislativo. ¡Pero tranquilos! ¡acémilas que pobláis las comunidades de propietarios! ¡babosos que pululáis y os manifestáis por el derecho a aburriros y aburrir a vuestra pareja en casa, en total silencio, a partir de las 12 P.M.! Todo llegará. Algún día, salvo que una epidemia no lo remedie, conseguiréis que la poca gente que vive, deje de hacerlo para que se parezca más a vosotros.

¿Que este es una país de libertades? Ja! ¡Y una mierda que te comas! Desde que los eligen recontando salvaslips usados metidos en urnitas cada 4 años, cuando no es la menopaúsica de turno, es el payaso “salido” con traumas infantiles, al que le da por prohibir algo. ¡ A la deposición con todos ellos! ¡No saben criar a sus propios hijos y se ponen paternalistas con el personal que los mantiene!

En este estado de cosas y habida cuenta de que uno vive en un pueblo costero que antaño fue, a pesar de los lugareños, un lugar divertido, festivo, alegre y lleno de vida, donde en verano vivíamos los mismos que a 13 km en invierno, y donde ahora esta todo prohibido, los pitufos son mas desagradables si cabe y donde los lugareños, influidos por los borregos veraniegos de los asentamientos circundantes a la Villa y Corte, los de las tres Ps (Playa-Paseo-Pipas), solo han evolucionado en su gastronomía, porque siguen siendo paletos como sus abuelos pero con nevera y ropa de marca de fuera de temporada, campan a sus anchas a golpe de siglas ( ZAS, ORA, etc). Si algo puede acabar con un lugar agradable es una manada de veraneantes de paupérrimo poder adquisitivo, procedentes de los aledaños de la capital del reino tomando al asalto a una aldea de pueblerinos, con ilustrísimos alcaldes pueblerinos protegidos por pitufos pueblerinos vigorexicos adictos a los esteroides. Así pues, es normal que a un servidor, a base de contemplar toda esta degeneración de lo que realmente es la libertad, note cierta inflamación en las gónadas y decida que ha llegado el momento de plantearse dos alternativas, montar un Al Qaeda de pueblo o dejarlo por imposible, abandonar el territorio y que sigan rebozándose en sus miserias hasta que revienten.

Pero esto es otro tema, al que ya tendré el inmenso placer de dar “candela” a discreción mas adelante.

Como ya había avisado, el que suscribe, publicaba una especie de “gilipollez” donde en tono mas o menos jocoso, contaba episodios, no todos ellos reales, en los que se hacia un repaso a los primeros años de la vida de un tipejo y que considero es una lastima se pierda en un montón de bits infrautilizados, así que…aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que uno es mas vago que el Solbes ejerciendo de Ministro, lo voy a “meter” ( ¡jodia palabra! ), sin lubricar, a pelo y sin juegos preliminares, al mas puro estilo semental.

Solo que eso….será mañana

Y como empezó todo….